¿Temes hablar de tus ideas de negocias por miedo a que te las roben?
¿No te gusta revelar detalles de tu negocio en negociaciones con otras empresas?
Entonces lo que necesitas para mitigar esos miedos es contar con un contrato de confidencialidad que proteja esos secretos que consideras tan indispensables proteger.
¿Por qué un Contrato de Confidencialidad?
En la actualidad, no está demás decir que la competitividad de las empresas se encuentra vinculada, en gran parte, a sus capacidades y habilidades para generar y manejar información, en aquello que dice relación con sus conocimientos tecnológicos y comerciales.
Dentro de este contexto, la información “sensible”, se ha transformado en la piedra angular de sus ingresos, de esta forma “los creadores” o quienes tienen acceso a dichas formas de información gozan de ventajas comparativas.
Así pues, la información de naturaleza confidencial tiene una importancia clave en el éxito de una empresa. Existen diversos estudios empíricos que dan cuenta de que al día de hoy, buena parte del valor final de los productos y servicios que los operadores comercializan y ofrecen en el mercado reside en los bienes intangibles y, especialmente, en aquellos antecedentes secretos de carácter empresarial.
Tales antecedentes de naturaleza confidencial, constituyen en sí mismos características elementales de la individualidad de una empresa, lo anterior se ve manifestado en situaciones como: la producción del objeto de las mismas, en una disminución de costos y tiempos de dicha producción, como también en un aumento de calidad y venta de los productos y servicios.
Es por los mismos motivos, que no es extraño que las empresas conciban esta clase de información como un valioso activo, y que se esfuercen en resguardarlo de quienes pretendan conocer dicha información sin antes pagar los costos asociados a la misma.
Por lo tanto, si quieres poner en marcha un nuevo proyecto en conjunto con un nuevo socio, empresa o inversionista, te recomendamos efectuar o suscribir un contrato de confidencialidad adicional al contrato principal, o simplemente incluir entre las cláusulas de dicho acuerdo o contrato una que proteja el desarrollo de tu proyecto.
¿Qué es un Contrato de Confidencialidad?
Primero, es necesario definir este tipo de contrato, este no se encuentra descrito en la ley, sino que más bien se trata de una construcción doctrinal a través de la cual los privados generan un acuerdo o pacto entre dos partes, en donde una se compromete para con la otra a no divulgar ni a efectuar usos no permitidos de información privilegiada correspondiente a un proyecto en desarrollo.
Gracias a este tipo de acuerdos es que es posible proteger proyectos de alta envergadura, susceptibles de ser robados o plagiados por un tercero ajeno al pacto.
Se insiste en la idea de “proyecto en desarrollo”, porque recordemos que en sí las ideas no se encuentran protegidas por el Derecho de Autor , sino que la materialización de las mismas. (Si posees dudas al respecto, te invitamos a leer el artículo de nuestro blog sobre Derecho de Autor).
¿Quiénes pueden suscribir Contratos de Confidencialidad?
En general, cualquiera que requiera proteger un secreto referente a un proyecto en desarrollo, por lo que las partes que recurrentemente suscriben este tipo de acuerdos son empresas, los mismos socios de un proyecto, entre los socios y miembros de su equipo, entre una empresa y un inversionista, entre una empresa y un particular, etc. Son diversos los actores que podemos encontrar haciendo uso de esta herramienta.
¿Cuál es su Objetivo?
Su objetivo consiste, principalmente, en comprometer legalmente a las partes implicadas, a no solo prohibir la divulgación a terceros sobre la información recibida, sino que también a no hacer uso de ella a beneficio personal.
Lo que se busca es que nadie haga uso de información privilegiada sin antes pagar por ella, como se dijo antes, la información “sensible” en la actualidad constituye uno de los principales activos de una empresa, por lo que es imperativo protegerla de aquellos que quieran apropiarse de ella.
Dentro de este tipo de convenciones, es importante destacar que los limites respecto a qué se hace con la información entregada, son acordados por las parte. Son las mismas quienes definen qué es lo que exactamente puede o no puede ser divulgado.
Es por lo mismo que, el contrato o acuerdo de confidencialidad debe ser firmado por las partes antes de que se produzca la divulgación de la información confidencial.
¿De qué forma podemos estructurar un Contrato de Confidencialidad?
Antes de redactar un contrato de confidencialidad, debes prestar atención a las características de la información, y la forma en la cual pretendes divulgarla, para luego lograr especificar de la mejor forma posible, las cláusulas que procederán a proteger tu proyecto.
Existen Contratos de Confidencialidad que tienen hasta 10 páginas y algunos, solo son una cláusula dentro de otro contrato.
De todas maneras, generalmente, los contratos de confidencialidad suelen estructurarse de esta forma:
En primer lugar, es necesario establecer quiénes son las partes que firmarán el contrato o acuerdo de confidencialidad y que compartirán información.
Ademas debe saberse hasta a quienes hacemos extensivo la responsabilidad de supervigilada la confidencialidad, es decir, si la extendemos a los trabajadores de nuestra empresa, terceros (como subcontratistas), entre otros.
Luego, se debe determinar de forma clara y precisa cuál es el objeto del contrato, o sea cual es, específicamente, la información confidencial que se quiere proteger, y esto es porque las declaraciones generales o ambiguas o poco claras, en un futuro traerán problemas, sobre todo en el caso de una reclamación posterior, será muy difícil que te vaya bien.
En muchas ocasiones, en el caso de que sea necesaria una descripción detallada, se puede incluso agregar un anexo al contrato o acuerdo de confidencialidad. El cual también debe ser firmados por las partes.
También, es necesario señalar la finalidad con la que se va a utilizar esa información y los fines exclusivos a los cuales podrá aplicar dicha información la parte que la esta recibiendo. Es importante fijar de buena manera los “deslindes” del uso de la información.
Por otro lado, es importante señalar el plazo dentro del cual estará vigente el permiso de uso de la información que estamos entregando. Sin perjuicio de lo anterior, la obligación de confidencialidad deberá prevalecer también tras la terminación del acuerdo.
Por último, se requiere que se señalen las sanciones en caso de incumplimiento del acuerdo o contrato de confidencialidad. Generalmente será una indemnización de perjuicios prestablecida.
Ideas finales
Si estás pensando poner en marcha un nuevo proyecto, del cual posees planos, fórmulas, instructivos, pero requieres de un tercero para poder ejecutarlo, te recomendamos cuentes con una persona capacitada para redactar este tipo de documentos, ya que como te dijimos anteriormente, la información que manejas se trata de un valioso activo, que debe ser protegido de la mejor forma posible.
Esto no se puede hacer con un registro de marcas, registro de patente de invención o registro de derechos de autor.
Para bien o para mal, la única herramienta que te entrega nuestro derecho para proteger una idea, es la redacción de un Contrato de Confidencialidad.